La osteocondrosis cervical es una enfermedad degenerativa del cartílago articular, que es una de las principales causas del dolor en el cuello con irradiación característica a los brazos. Con esta enfermedad, hay un cambio en la estructura del cartílago y las estructuras músculo-ligamentosas ubicadas cerca.
Dado que la osteocondrosis cervical a medida que avanza puede provocar una serie de complicaciones graves, incluida la discapacidad del paciente, su diagnóstico y tratamiento oportunos se encuentran entre las tareas urgentes de la medicina moderna.
Etapas de desarrollo de la patología y síntomas típicos.
La enfermedad pasa por 4 etapas sucesivas de desarrollo con los correspondientes cambios en el cuerpo y los síntomas que la acompañan:
La primera etapa son los cambios morfológicos iniciales en los discos intervertebrales. El núcleo del disco intervertebral (núcleo pulposo) se seca gradualmente y aparecen grietas en la estructura del anillo fibroso. Esto se acompaña de un dolor o malestar tolerable en el cuello, que se intensifica al girar o inclinar la cabeza. También se produce un ligero alisamiento de la lordosis cervical y una tensión muscular casi constante.
En la segunda etapa continúa la destrucción del anillo fibroso, que se acompaña de los primeros signos de movilidad patológica de las vértebras y su inestabilidad. La distancia entre las vértebras disminuye y se produce una protrusión. En este momento, el paciente nota un aumento del dolor y su irradiación a la zona del brazo o del hombro. Junto a esto, aparecen fuertes dolores de cabeza, la persona se queja de sensación de debilidad y reducción del rendimiento.
La tercera etapa se caracteriza por la destrucción completa del anillo fibroso, por lo que el núcleo no fijado se extiende más allá de las vértebras y penetra en la zona del canal espinal, formando una protuberancia herniaria. Esto, a su vez, ejerce presión sobre los nervios y elementos del lecho vascular, lo que provoca una interrupción del flujo sanguíneo en la región cervical. Los pacientes en esta etapa se quejan de dolor intenso y continuo en el cuello que se irradia a los brazos y hombros. Los músculos se debilitan y sistemáticamente se nota entumecimiento de las extremidades superiores. Al cuadro clínico se suman episodios de mareos, dificultades de orientación en el espacio y rigidez de movimientos.
La cuarta etapa está representada por la sustitución del cartílago del disco intervertebral por una estructura de tejido conectivo y la participación de los segmentos espinales adyacentes en cambios patológicos. Debido a la fusión de las articulaciones, se produce su inmovilidad. Para el paciente, esta es la etapa más difícil, ya que siente un dolor intenso y constante en el cuello, brazos, pecho y zona entre los omóplatos. A esto se suman los signos de alteración del suministro de sangre al cerebro, trastornos de sensibilidad y la probabilidad de sufrir un derrame cerebral aumenta significativamente.
Cabe señalar que, además del cuadro clínico principal que acompaña a la osteocondrosis cervical en varias etapas, se pueden observar síntomas adicionales:
disminución de la agudeza visual;
episodios de ansiedad que ocurren debido a un suministro insuficiente de sangre al cerebro;
pérdida de audición y tinnitus;
la aparición de un crujido al mover la cabeza;
alteraciones del sueño hasta insomnio;
la aparición de puntos ante los ojos;
casos de pérdida del conocimiento;
parálisis de los músculos faciales;
Dolor en los brazos que se presenta por la noche.
Si se produce compresión de la médula espinal, se puede desarrollar mielopatía, acompañada de:
dificultades en los movimientos de las extremidades;
problemas de coordinación o equilibrio;
pérdida del control de los intestinos o la vejiga;
debilidad o entumecimiento en cualquier área del cuerpo debajo del cuello;
Dolores punzantes en las extremidades, que aumentan al inclinarse hacia adelante.
Causas de la enfermedad
El factor clave por el cual se desarrolla la osteocondrosis cervical es una carga excesiva y desequilibrada en esta parte de la columna. En la mayoría de los casos, la patología se forma en el contexto de cambios degenerativos involutivos que acompañan al proceso de envejecimiento. La osteocondrosis también puede ocurrir debido a una lesión traumática en el cuello o trastornos metabólicos.
Además, existen otros factores que contribuyen al aumento de la carga en el cuello, los espasmos musculares y el desarrollo de enfermedades crónicas:
anomalías de la columna, congénitas o adquiridas;
exceso de peso;
herencia complicada (por ejemplo, debilidad congénita y genéticamente determinada de los tejidos conectivos);
sobrecarga prolongada o frecuente de la columna vertebral (permanecer en una posición forzada, inactividad física);
deficiencias de vitaminas;
patologías autoinmunes acompañadas de daño a las estructuras del tejido conectivo (colagenosis);
deficiencia de micro o macroelementos;
actividad física intensa, deportes con mayor riesgo de lesión de la columna vertebral (por ejemplo, lucha libre profesional);
fumar, que impide el flujo de nutrientes hacia los discos intervertebrales;
desordenes metabólicos;
dieta desequilibrada con exceso de carbohidratos y grasas combinado con deficiencia de proteínas;
situaciones estresantes frecuentes;
patologías del sistema musculoesquelético, que conducen a una disminución de la movilidad de la columna cervical;
hipotermia repetida o severa del cuello.
¿Cuál es el peligro de la osteocondrosis?
El primer problema, típico de la mayoría de los pacientes que han desarrollado osteocondrosis cervical, es el dolor intenso y frecuente en la zona de la cabeza y el cuello. Debido a esto, las personas se ven obligadas a buscar la posición más cómoda en la que el dolor se debilite o desaparezca por completo. Esto, a su vez, conduce a una disminución del rendimiento.
A medida que avanza la enfermedad, se forma una protuberancia (liberación parcial del tejido del disco más allá del espacio intervertebral), el tejido entre las vértebras comienza a colapsar y la brecha se estrecha. En la última etapa del proceso patológico, el disco se destruye por completo y se reemplaza por una estructura de tejido conectivo. Esto conduce a una limitación de la actividad motora, ya que el paciente pierde la capacidad de girar o inclinar la cabeza.
Además, la osteocondrosis cervical es peligrosa porque puede provocar las siguientes complicaciones:
hernia;
cervicocranealgia (sensación dolorosa localizada en la base del cráneo);
formación de osteofitos;
compresión de las arterias;
radiculopatía (compresión de las raíces de la médula espinal);
síndrome de dolor crónico.
En los casos más graves y avanzados, la osteocondrosis cervical provoca compresión de la médula espinal, parálisis y discapacidad del paciente.
Métodos de diagnóstico
El diagnóstico de un paciente con sospecha de osteocondrosis cervical comienza con una cita con un médico, quien realiza una entrevista exhaustiva, aclara los síntomas y la historia del desarrollo de la enfermedad y también realiza un examen físico. Durante el examen, el médico se centra en identificar las áreas de dolor, evaluar la movilidad de la columna vertebral y la calidad de los reflejos.
Después de recibir los datos iniciales, el especialista crea un plan para diagnósticos adicionales, que pueden incluir:
tomografía computarizada multicorte;
emisión de positrones y resonancia magnética;
radiografía;
escaneo dúplex de vasos en el área del proceso patológico.
Las técnicas de imagen permiten al médico determinar la génesis del cuadro clínico, identificar signos de procesos degenerativos u otras afecciones que puedan provocar la aparición de síntomas que molesten al paciente. El escaneo dúplex le permite evaluar la calidad del flujo sanguíneo y detectar vasoconstricción.
Como complemento al programa de diagnóstico principal, se pueden realizar consultas con especialistas afines (vertebrólogo, endocrinólogo, traumatólogo ortopédico, neurocirujano, oncólogo) y prescribir lo siguiente:
exploración por ultrasonido de órganos cercanos;
electrocardiografía;
Estudios estándar y avanzados de biomateriales (sangre, orina).
Solo después de que se confirma el diagnóstico y se aclaran las causas y la gravedad de la enfermedad, el médico comienza a trabajar en el programa de tratamiento óptimo y más eficaz.
Opciones de tratamiento
El tratamiento para la osteocondrosis cervical se selecciona en función de la etapa en la que se detectó la enfermedad, así como de la edad del paciente, su estado actual y las complicaciones existentes o patologías concomitantes.
Enfoque conservativo
Cuando se identifica osteocondrosis cervical en las etapas iniciales, se eligen métodos terapéuticos conservadores. Su objetivo es prevenir la progresión de la enfermedad, aliviar los síntomas desagradables y restaurar la movilidad de la columna.
Como parte de la terapia conservadora, el médico combina el tratamiento farmacológico con procedimientos fisioterapéuticos y gimnasia. Puede recetar medicamentos de las siguientes categorías:
condroprotectores;
fármacos anti-inflamatorios no esteroideos;
analgésicos;
angioprotectores;
vitaminas B;
hormonas;
relajantes musculares;
vasodilatadores;
nootrópicos.
Los procedimientos fisioterapéuticos se utilizan como complemento de los medicamentos y, teniendo en cuenta la condición del paciente, el médico puede prescribir:
acupuntura;
cinta de kinesio;
sesiones de masajes;
terapia fotodinámica;
el uso de ultrasonidos o corrientes diadinámicas;
electroforesis;
magnetoterapia.
Al mismo tiempo, en caso de osteocondrosis cervical en el período agudo, se puede recomendar el uso de un collarín ortopédico. Este accesorio médico es necesario para reparar huesos y articulaciones, reducir la carga sobre la zona afectada de la columna y aliviar el dolor. Un collarín cervical para la osteocondrosis, cuyo precio varía según el fabricante, el tipo y el material, lo selecciona exclusivamente el médico individualmente para cada paciente.
La última parte, pero no menos importante, de la terapia conservadora es la gimnasia. El médico prepara para el paciente una serie de ejercicios especiales destinados a fortalecer la estructura muscular, corregir la postura y mejorar el flujo sanguíneo en la parte superior de la columna vertebral.
Abordaje quirúrgico
Si los métodos conservadores no tuvieron éxito o se detectó osteocondrosis cervical en etapas posteriores, el tratamiento se lleva a cabo mediante intervención quirúrgica. El médico puede prescribir al paciente una de las siguientes operaciones:
laminectomía;
descompresión endoscópica o percutánea;
ablación por radiofrecuencia;
extirpación endoscópica de una hernia, proceso tumoral o área de cambios degenerativos-distróficos;
lisis epidural de adherencias;
estabilización de la columna;
foraminotomía endoscópica;
Nucleoplastia láser con punción punzante.
Medidas preventivas
La osteocondrosis cervical es una patología para la que no se han desarrollado medidas de prevención específicas. Para reducir significativamente la probabilidad de que ocurra la enfermedad, su recurrencia o el desarrollo de complicaciones, los médicos dan una serie de recomendaciones. Según ellos, los pacientes necesitan:
adherirse a los principios de un estilo de vida saludable;
eliminar levantar y transportar objetos pesados;
utilice colchones y almohadas ortopédicos para dormir;
realizar regularmente actividad física dosificada y nadar;
come una dieta balanceada;
excluir situaciones en las que es posible la hipotermia de la columna cervical;
controle continuamente su postura;
tomar pausas sistemáticamente para sesiones cortas de ejercicios terapéuticos en caso de trabajo sedentario;
tenga cuidado al girar e inclinar la cabeza;
someterse a un examen periódico por parte de un especialista especializado con fines preventivos.
¿Cómo va la rehabilitación?
El médico supervisor elabora un plan para el período de rehabilitación, teniendo en cuenta varios aspectos:
en qué etapa se detectó la osteocondrosis cervical;
salud general y bienestar del paciente;
categoría de edad y peso corporal del paciente;
patologías concomitantes existentes o complicaciones de la enfermedad.
Dependiendo de la situación, el médico puede incluir masajes, gimnasia y sesiones de fisioterapia en el programa de rehabilitación. Estas medidas integrales no sólo acelerarán el proceso de recuperación y eliminarán complicaciones o recaídas, sino que también ayudarán a mejorar la salud general del paciente.
La osteocondrosis cervical es un problema grave en el que el paciente necesita atención médica correcta y oportuna. Si aparecen signos de esta enfermedad, puede someterse a un diagnóstico y recibir tratamiento posterior en un centro médico. Todos los especialistas seleccionan un enfoque individual para cada paciente, se guían por métodos modernos de tratamiento de la osteocondrosis y brindan una amplia gama de servicios, cuyo precio se encuentra en un rango cómodo para los pacientes.
Pregunta respuesta
Se ha identificado osteocondrosis cervical, ¿cuánto tiempo se tarda en tratar esta patología?
La duración del tratamiento depende directamente de la etapa en la que el paciente con osteocondrosis cervical buscó ayuda. Solo un médico que haya evaluado la gravedad del proceso patológico y siga la dinámica del progreso durante el tratamiento puede determinar el período más probable.
¿Con qué médico debo contactar si sospecho que tengo osteocondrosis cervical?
La osteocondrosis cervical es identificada y posteriormente tratada por un neurólogo, pero en algunos casos un traumatólogo-ortopedista puede supervisar al paciente.